16 de marzo de 2016

MI LISTA DE "NOES"

Nombre: Gordo
Fecha de nacimiento: 16/03/2013
Alias: "Peto"
hincha de: Belgrano
La idea de sumar un nuevo integrante a mi vida no me entusiasmaba demasiado. En realidad, para nada.

-“No está en mis planes.
No quiero tenerlo.
No es el momento.
No hay espacio suficiente.
No estoy preparada para tanta responsabilidad.
Bla, bla, bla (..)”- decía

Pero cuando quise acordarme de la larga lista de “Noes”; él ya estaba aquí.

Instalado en nuestro hogar. Mirándome con esos ojos tristones mezclados con algo de picardía.

Sé que es igual a todos, pero no.

Me rehuso a pensarlo igual, para mí es diferente; único.

El llegó a nuestras vidas para romper con toda estructura.
Es revoltoso, alborotado, despatarrado, torpe, la ansiedad le desborda así como la felicidad al vernos llegar.

No es un perro cualquiera…

Siempre listo para cada juego. Dispuesto para cada “vuelta del perro”. Atento a cada sonido y movimiento.
Conocedor de horarios; es quien faltando 20 minutos para que termine mi jornada laboral –según me cuentan- comienza a esperarme; no quita su mirada minuto alguno de la puerta principal, a sabiendas que de un momento a otro se abrirá.

Y allí está mi “lista de Noes” esperándome.

No es un perro cualquiera…

Es mi gran compañero, el “amigo fiel” que no se despega de mi lado.

 La cama grande, el sillón, el patio, el cajón entero de medias y las vendas de fútbol de Fer son suyas.
No trabaja, no tiene que pagar cuentas, no tiene amigos ni se va de vacaciones.

Sólo espera …. entrega cariño…no entiende de rencores  ni recuerdos…
Como no elegirte mi Gordo Peto.

Una y otra vez elaboraría esa lista de “Noes”; sólo para darme cuenta que no hay momento indicado ni obligaciones imposibles.


Sólo hay que cuidarte, amarte, darte de comer, el paseo del perro, algunas medias y la mitad de la cama grande. Andre Quinteros

4 de marzo de 2016

EL GUISO DE LENTEJAS

22 horas de un lunes cualquiera de enero. 
En la ciudad la temperatura ronda en los 29º y el pronóstico del tiempo indica que se avecina un martes un poco más caluroso. 
A decir verdad, muy poco alentador; pero nada fuera de lo normal para la época del año (estamos en verano).

Fercho espera el paso del tiempo en el sillón del jardín, mientras yo me dispongo a ordenar el almacén de la cocina. Entre los paquetes de fideos y harina, diviso uno de lentejas.

-¡Qué rico! – exclamo-
(…)
- ésta es una de mis legumbres favoritas – comento a Fercho mientras le muestro el paquete que acabo de encontrar.
(...)
 –El menú de mañana es “guiso de lentejas” – concluyo la frase con algo de imposición y autoritarismo, sin importarme demasiado el clima anunciado para el martes y mucho menos si a Fercho le apetece comer en pleno enero un guisado.
(…)

Antes de irme a dormir, dejo en remojo las lentejas.
*Mínimo 8 horas en agua antes de ser cocidas*, es lo que aconseja el envase. Así lo hago.

Al otro día.
A media mañana de ese martes, Fercho me anuncia que tendremos otro comensal. Nos visita su hermano menor, a quien al parecer el guiso de lentejas –sin importarle la época del año- “le encanta”.
12.40 hs. del mismo martes. Todo está en marcha. Delantal puesto y manos a la cocina... y a esperar el resultado final.

Aquí va la receta (los ingredientes pueden variar de acuerdo al gusto personal):
  •      Lentejas  500 g. (previamente remojados)
  • ·   Panceta   100g
  • ·   Cebolla grande  1
  • ·   Morrón rojo  ½
  • ·   Cubito de caldo de carne  1
  • ·   Aceite  c/n
  • ·   Sal y pimienta a gusto
  • ·   Salchicha parrillera a gusto

Advertencia: la receta original lleva chorizo colorado, pero a sugerencia de Fercho y por una cuestión de gusto, la cambié por la salchicha parrillera.

Manos a la obra:Cortar la panceta en cubo y dorar en una cacerola con una cucharada de aceite (10 minutos aprox), luego agregar la cebolla picada y el morrón en cubos y cocinar hasta que estén tiernos (otros 10 minutos aprox.).
Luego incorporar la salchicha parrillera (o lo que hayas elegido); agregar las lentejas y rápidamente incorporar caldo hasta cubrir.
Condimentar con sal y pimienta a gusto.
Cocinar revolviendo de vez en cuando con cuchara de madera hasta que las lentejas estén tiernas y el guiso algo espeso.

Tiempo de cocción: 30 minutos aproximados.
Dificultad: Muy fácil.
Tips: la panceta no puede faltar (le da un sabor increíble).

Resultado final 1: un almuerzo feliz, sin importar que es verano para disfrutar de este guiso espectacular de lentejas!

Resultado final 2: Panzas llenas… corazones contentos.

Resultado final.
a experimentar!


Andre Quinteros.

1 de marzo de 2016

CRÓNICAS DE UN SEPULTURERO

Foto de la Portada del libro
Ph.: Andrea Quinteros
Luego de unos días de descanso, decido retomar –a mediados de enero de este 2016- con la lectura.
Llevaba unos cuantos días reclamando este libro en la biblioteca de mi ciudad. El mismo estaba en restauración, hasta que finalmente pude dar con él.

Aquí va la ficha.

Título: “Crónicas de un Sepulturero”
Autor: Cenma Villa Nueva, a cargo del Prof. Luis A. Luján
Editorial: Luis Luján Editor
Año de edición: 2015
Lugar de edición: Villa María – provincia de Córdoba
Número de páginas: 123
Resumen:  “Crónicas de un sepulturero” es una obra de ficción literaria en donde se conjugan una serie de relatos, en primera persona, narrados por personajes que trabajan, moran o, simplemente están posicionados en una necrópolis de Villa María, Villa Nueva o de la región, y desde allí vuelcan sus vivencias sobre experiencias extraordinarias acaecidas en estos espacios lúgubres.

De este modo, en la contratapa del libro, el profesor Luis Luján sintetiza las páginas de esta fantástica obra.

Me encontré con historias que lograron atraparme y envolverme entre lo real y lo imaginario. Hay historias divertidas y alegres –a pesar del contexto-, otras un poco tristes que me hicieron reflexionar sobre los hechos narrados, y hasta quedó lugar para contar alguna de amor y desengaño. También tiene relatos que lograron desvelarme más de una noche y metafóricamente ¡morir de miedo!
Recuerdo esa noche de verano. El cielo totalmente estrellado y luna llena. Me quedé en el comedor de casa, en silencio, leyendo alguna historia.

El detalle: la puerta que da al patio abierta de par en par.
El segundo detalle: un poco -sólo un poco- temerosa.

Ya de madrugada, algo agotada de la rutina diaria y luego de culminar una de “esas” historias que me erizaron la piel, decido poner fin a la lectura y marcharme a la cama.

Me dirijo a cerrar la puerta  del patio y en ese instante advierto que al lado del asador hay una enorme “calavera” que se dirige hacia mí, mi corazón parece que va a salir de mi pecho a toda velocidad, pero yo soy más rápida en dar un portazo y correr hacia la habitación. En ese instante reacciono y me doy cuenta que todo lo sucedido en milésimas de segundos no es más que producto de mi imaginación y que “esa calavera” que creí ver, era el lampazo colgado al revés. Mi corazón vuelve a latir más lento y me dirijo a poner llaves a la puerta, por las dudas.

De todo esto, no le conté una sola palabra a Fercho; él es más miedoso que yo, y de seguro creería que el lampazo en verdad es esa calavera que imaginé, salida de los cuentos de ficción de “crónicas de un sepulturero” y le llevaría semanas poder conciliar el sueño.


Andre Quinteros.